01/01/2022
Despedimos un año de lucha y construcción gremial.
Compartimos una mirada del año que termina y les deseamos un feliz año nuevo.
El 2021 fue el segundo año de la pandemia que transformó profundamente nuestras vidas e impuso nuevos retos. Nos exigió y exige una intensa labor e inventiva para sostener los vínculos pedagógicos con lxs estudiantes y con nuestrxs colegas, tarea con la que pusimos en evidencia una vez más el compromiso que tenemos con la Universidad Pública.
Sin embargo, la retribución salarial estuvo lejos de reconocer nuestro trabajo y casi no se nos asignaron recursos económicos para las tareas remotas. Por el contrario, se agudizó la pérdida del poder adquisitivo y tuvimos que hacernos cargo de los gastos de conectividad y utilizar nuestros propios dispositivos tecnológicos. La posibilidad de encontrarnos, organizarnos en los lugares de trabajo y movilizarnos en las calles auspicia un nuevo horizonte de expectativas para la lucha en 2022. Retomando el legado de la rebelión de 2001, la pelea deberá ser de la mano con el conjunto del pueblo trabajador e impulsando el protagonismo popular. Siempre que el sentido de lo colectivo y la indignación ante la injusticia perduren, siempre que haya un presente de dignidad y rebeldía, la esperanza de un futuro mejor será una certeza por la que seguir luchando, enseñando, aprendiendo.
En un contexto tan adverso, lxs docentes universitarixs, como el resto de nuestro pueblo, recreamos con voluntad y creatividad espacios y prácticas para sostener vínculos esenciales: de trabajo, afectivos e incluso de esparcimiento. En ese marco, la pandemia no fue un obstáculo para poner en práctica la Campaña Solidaria ni tampoco para echar a andar un viejo anhelo de nuestro gremio: contar con nuestro propio programa de radio. Con orgullo podemos decir que este fue el primero de muchos años de La materia impertinente.
2021 también fue el año en que volvió la fiesta despedida de año de la COAD: más de 1.500 compañerxs nos re-encontramos para celebrar en una noche que quedará para el recuerdo.
Asimismo, por medios virtuales sostuvimos los ámbitos representativos, las asambleas y los instrumentos de participación directa como las votaciones y garantizamos, así, la práctica de la democracia sindical y la administración transparente de los recursos gremiales. Cuando la situación sanitaria lo permitió, se realizaron las elecciones de delegadxs gremiales de la Agrotécnica, el Superior de Comercio y el Politécnico y, también, dimos inicio al proceso electoral que culminará en mayo 2022 con la renovación de autoridades de la COAD.
El progresivo retorno a las actividades presenciales expuso los viejos déficits en las condiciones de trabajo. Persisten las carencias materiales, los problemas edilicios o las dificultades en la conectividad que agravan las desigualdades estructurales de género y de clase. Nuestro gremio se puso en movimiento para cuidar la salud de la comunidad educativa y defender nuestros derechos laborales ante la prolongación de la modalidad de trabajo remoto. Para construir excelencia académica, entonces, no alcanza con “recuperar la presencialidad” sino imaginar, luchar y poner manos a la obra por una universidad inclusiva, crítica, feminista y comprometida con la soberanía nacional, la justicia social, de género y ambiental.
La perspectiva del reencuentro en las aulas, en los pasillos y salas de profesorxs, en la casa del gremio, en las calles y las plazas, nutren la convicción de luchar por nuestros derechos y por la recuperación del poder adquisitivo.
En la práctica de la democracia sindical y en la pasión por la docencia y la investigación encontramos las fuerzas para construir un porvenir más justo e igualitario.
¡Les deseamos un feliz año nuevo!
Sin embargo, la retribución salarial estuvo lejos de reconocer nuestro trabajo y casi no se nos asignaron recursos económicos para las tareas remotas. Por el contrario, se agudizó la pérdida del poder adquisitivo y tuvimos que hacernos cargo de los gastos de conectividad y utilizar nuestros propios dispositivos tecnológicos. La posibilidad de encontrarnos, organizarnos en los lugares de trabajo y movilizarnos en las calles auspicia un nuevo horizonte de expectativas para la lucha en 2022. Retomando el legado de la rebelión de 2001, la pelea deberá ser de la mano con el conjunto del pueblo trabajador e impulsando el protagonismo popular. Siempre que el sentido de lo colectivo y la indignación ante la injusticia perduren, siempre que haya un presente de dignidad y rebeldía, la esperanza de un futuro mejor será una certeza por la que seguir luchando, enseñando, aprendiendo.
En un contexto tan adverso, lxs docentes universitarixs, como el resto de nuestro pueblo, recreamos con voluntad y creatividad espacios y prácticas para sostener vínculos esenciales: de trabajo, afectivos e incluso de esparcimiento. En ese marco, la pandemia no fue un obstáculo para poner en práctica la Campaña Solidaria ni tampoco para echar a andar un viejo anhelo de nuestro gremio: contar con nuestro propio programa de radio. Con orgullo podemos decir que este fue el primero de muchos años de La materia impertinente.
2021 también fue el año en que volvió la fiesta despedida de año de la COAD: más de 1.500 compañerxs nos re-encontramos para celebrar en una noche que quedará para el recuerdo.
Asimismo, por medios virtuales sostuvimos los ámbitos representativos, las asambleas y los instrumentos de participación directa como las votaciones y garantizamos, así, la práctica de la democracia sindical y la administración transparente de los recursos gremiales. Cuando la situación sanitaria lo permitió, se realizaron las elecciones de delegadxs gremiales de la Agrotécnica, el Superior de Comercio y el Politécnico y, también, dimos inicio al proceso electoral que culminará en mayo 2022 con la renovación de autoridades de la COAD.
El progresivo retorno a las actividades presenciales expuso los viejos déficits en las condiciones de trabajo. Persisten las carencias materiales, los problemas edilicios o las dificultades en la conectividad que agravan las desigualdades estructurales de género y de clase. Nuestro gremio se puso en movimiento para cuidar la salud de la comunidad educativa y defender nuestros derechos laborales ante la prolongación de la modalidad de trabajo remoto. Para construir excelencia académica, entonces, no alcanza con “recuperar la presencialidad” sino imaginar, luchar y poner manos a la obra por una universidad inclusiva, crítica, feminista y comprometida con la soberanía nacional, la justicia social, de género y ambiental.
La perspectiva del reencuentro en las aulas, en los pasillos y salas de profesorxs, en la casa del gremio, en las calles y las plazas, nutren la convicción de luchar por nuestros derechos y por la recuperación del poder adquisitivo.
En la práctica de la democracia sindical y en la pasión por la docencia y la investigación encontramos las fuerzas para construir un porvenir más justo e igualitario.
¡Les deseamos un feliz año nuevo!
